Cae la noche y ella escribe, sentada en su habitación con techo de barco que la ayuda a navegar por los mares más profundos de su cerebro. Se pierde, se va, no quiere volver. Las letras le absorven la sangre cuál vampiro de 1770 y algún placer escondido atrás de eso hay. Escucha un soundcloud perdido de un bebé asiático que publicó una vez canciones hermosas que la hacen llorar. La llaman a comer pero no contesta, no quiere contestar. Sabe que cada vez que baje a la mesa la va a pasar mal y prefiere ahogarse en la almohada con tal de no bajar. Espera el día en que no sólo su mente pueda viajar, sino también su cuerpo, recorrer Argentina con el único propósito de escribir, sacar fotos y ser feliz. Quiere que la cubran con el sol para salir un poco de la sombra que tanto la atormenta. Se pregunta por qué escribe así, con tantos puntos y no sabe si le gusta. ¿Le gustará a alguien? ¿Qué pensarán el bebé asiático y el vampiro de todo esto?