Cinco y unos números más

Me alejo cinco meses de treinta y dos dolores de cabeza, me alejo cinco meses de cincuenta y cuatro angustias, me alejo cinco meses de noventa y ocho personas que no me caen bien, de sesenta y nueve colectivos, de veintinueve malhumores. Me alejo de diez personas que me hacen mal y cincuenta que me hacen bien, me alejo de tu voz y de dormir con mis gatos noches incontables. Me alejo de treinta y dos cosas lindas y de treinta y dos cosas feas. Cincuenta y seis cocinadas en horno y cuarenta viajadas en tren. Y por sobre todo, me alejo de ciento dieciséis noches tirada en mi cama sin querer estar acá.
Dándole vueltas y mirando el asunto de todos lados, concluyo en que no hay ser humano más importante que el que está en tu corazón todos los días y lamentablemente, de esos seres humanos también me alejo. Me alejo en cuerpo, porque en alma siempre van a estar. Y los quiero, los quiero con todo mi corazón y con toda mi mente, pero cinco son necesarios en mí y tengo que cumplirle el capricho a mi cerebro.