p

Palabras que se licúan adentro de un repugnate estómago. Mil maneras de abrir gargantas pero ninguna que encaje con la mía. De repente sos vos, te estás mirando y te encontrás escupiendo palabras que nadie pensó que existían. Palabras escondidas en lo más recóndito de tu dedo gordo. Fantasmas atormentadores, dejen mi cerebro en paz, aunque sea por unos días.