Escucho de vos y se me pone la piel de gallina, pecho rígido. Siento como si me estuviesen apretando muy fuerte y todos los recuerdos aparecen tan rápido que me dejan sin aliento. Las ganas de vomitar son instantáneas y lo único que necesito es verte, hablarte. ¿Por qué? La única frase que existe en mi cerebro con relación a vos.