Tu respiración se hizo más fuerte y te dejaste llevar por el viento que te trajo hasta acá. Me despertaste, besaste mares y yo me estaba yendo de viaje. Te invité y nos fuimos a un lugar donde Patricio era el rey y los redondos corrían libres por ahí. ¡Qué casualidad! Nos encantó y no pudimos volver a la realidad. El planeta Tierra nos llamaba ¿acaso no lo escuchabas? Nos pedía, nos rogaba que volviéramos, no quería, no quiero, no querías, no querés. No volvamos nunca por favor, acá estamos mejor.