La música suena pero ya ni la escucho, los pensamientos en mi cabeza son más fuertes. Más fuerte que la música, más fuerte que las voces, que los ruidos, que todo. Siento humedad en la cara pero después de un rato la dejo de sentir. Sigue ahí, como la música, pero ya me acostumbré a no sentir nada a mi alrededor. Sensaciones de miedo que me corrompen, necesidad de libertad y arcoiris en la cabeza. Algo más que mierda rodeándome, ¡Por favor!
Necesito estar acostada mirando las estrellas y no pensar en nada más que en la letra de una canción o qué tengo ganas de comer. Necesito tener el cerebro libre de mierda.