Se me desconecta la mente tan fácil como cualquier enchufe que conocés pero se va a un lugar mejor que el piso. Se mimetiza con caminos sinuosos pero perfectos, que recorren terminaciones nerviosas que me hacen feliz y autómaticamente me tocan los hoyitos de los cachetes. Tu sonrisa ayuda, no creas que no. Me trae más paz de la que creo y cuando nos desconectamos simultáneamente, ahí sí que me evaporo y me hago felicidad.