Yo no tenía ningún interés. No tenía interés en nada. No tenía ni idea de cómo escaparme. Al menos los demás tenían algún aliciente en la vida. Parecía que comprendían algo que a mí se me escapaba. Quizás yo estaba capidisminuido. Era posible. A menudo me sentía inferior. Tan sólo quería apartarme de ellos. Pero no había sitio donde ir. ¿Suicidio? Jesucristo, tan sólo más trabajo. Deseaba dormir cinco años, pero no me dejarían.