Vacía (por vos)



Creo que me dejé llevar por su olor, ese que nunca olí. O tal vez fue el destino, que juntó su corazón virtual con mi corazón virtual para encontrarse en algún rincón (oscuro y bien frío, como a mi me gusta) del mundo.
- ¿A vos te gusta lo frío, no?
- Sí, tanto como a vos.
- Pero... - se detuvo para pensar con mucha claridad lo que iba a responder. - Pero a mi me gusta cuando estoy con vos. Todo se vuelve frío porque me congelo en tu mirada. Mejor dicho, tu mirada me congela. Siento que el tiempo se detiene y quiero volar y tener frío.
- Me pregunto cómo será volar con frío.
- Y bueno... es algo extraño. Si no lo vivís, no sentirás jamás la satisfacción que eso produce. (Ríe) Qué se yo Manuel, dicen que el mundo no es mundo, sino más bien algo que pasa.
- ¿Tiempo?
- No lo sé, nadie lo sabe.
- ¿Te cuento algo que yo sí sé?
- Solamente si voy a querer desencadenar una serie gigante de preguntas.
- Bueno. Creo que tus ojos esconden algo más que canciones, como si tuvieses el alma prisionera de una vida cotidiana asquerosa ¿entendés? - Hizo una pausa mientras la miraba profundamente a los ojos -. Yo te amo Sofía, y quiero que tu interior sea completamente libre, pero conmigo a su lado.
- No sé qué hacer primero. Si bombardear tu cerebro con preguntas o besarte hasta el hartazgo -. Miró las estrellas. - Ya sé.

Lo besó hasta el hartazgo, hasta que los dos sintieron que se pertenecían totalmente. Y las preguntas no tuvieron que ser respuestas. ¿Quién necesita hacer preguntas?


Yo. (20/9/10 18:51)