Justo que pensaba en vos, caí muerta. ¿Qué le dio al pequeño dios del centro gris del abismo? Sólo sé que no soy yo a quien duerme. Dime, ¿Adónde ves ahora algo en mí que no detestes? Qué solo y triste voy a estar en este cementerio,
qué calor hará sin vos en verano.


Aunque tu corazón recircule, siga de paso o venga. Pretenda volar con las manos,
sueñe despierto o duerma o beba el elixir de la eternidad; sos alma de diamante.